Insectos
Los insectos son pequeños animales con los que nos cruzamos a diario, pero que rara vez despiertan simpatía.
Los insectos carecen de la dulzura de los gatos, la amabilidad de los perros y la simpatía de los roedores domésticos.
No, los insectos son animales que preferimos mantener lejos de casa y que tendemos a ignorar.
Sin embargo, los insectos representan casi el 85% de la biodiversidad animal. Se calcula que existen 80 millones de especies, cada una de ellas compuesta por varios millones de individuos.
Hay más de 300 veces más insectos que seres humanos. Han sobrevivido al paso del tiempo desde que aparecieron hace más de 400 millones de años, gracias a su impresionante capacidad de adaptación.
¿Qué es un insecto?
Un insecto es un pequeño animal sin vértebras, con un cuerpo formado por tres segmentos (cabeza, tórax, abdomen) y tres pares de patas. Los insectos, que pertenecen al grupo de los artrópodos, constituyen una gran parte de la biodiversidad animal. Las arañas no son insectos.
Insectos, una diversidad rica y poco conocida
Todos los insectos son diferentes. Aunque la mayoría son inofensivos para el ser humano, muchos nos asustan o nos ahuyentan, a menudo por desconocimiento.
Algunos son perjudiciales para nuestros recursos, sobre todo porque atacan los cultivos y la vegetación, pero otros son beneficiosos y contribuyen a nuestra supervivencia y suministro de alimentos, como las abejas y otros insectos polinizadores. Muchos desempeñan un papel esencial en el mantenimiento del equilibrio de la naturaleza.
Los insectos evolucionan a lo largo de su vida, pasando por varios ciclos y etapas de transformación conocidas como mudas.
Sin embargo, en la actualidad se calcula que casi el 40% de las especies están al borde de la extinción, lo que significa que la tasa de extinción de los insectos es unas ocho veces superior a la de otras especies animales.
Es cierto que su gran número influye en esta tasa, pero si la tendencia continúa, los insectos podrían extinguirse en el transcurso del siglo XXII. Esta desaparición está ligada en gran medida a las prácticas humanas (agricultura intensiva, urbanización, contaminación, etc.).
El mundo de los insectos es tan vasto que una vida no bastaría para conocerlos todos. No obstante, no dude en consultar nuestros dosieres completos para saber más.
Los insectos y su cuerpo
El exoesqueleto
A diferencia de los mamíferos, los insectos no tienen un esqueleto interno, sino un esqueleto externo o «exoesqueleto», una especie de caparazón.
Esto significa que la parte dura de su cuerpo está en el exterior. Esto no es específico de los insectos en sí, ya que todos los artrópodos están formados de esta manera. En este sentido, comer insectos no está tan lejos de comer crustáceos, ya que éstos también tienen caparazón.
¿Varios cerebros?
Además de un cerebro principal situado en la cabeza, los insectos tienen múltiples ganglios cerebrales situados en cada segmento.
El sistema principal es ventral, y «minicerebros» manejan cada extremidad. Esto les permite ser extremadamente reactivos, sobre todo cuando se trata de escapar de los depredadores.
Metamorfosis de los insectos
Muchos insectos sufren metamorfosis, pero no todos. Algunos sufren una «verdadera» metamorfosis, pasando del estado larvario al estado adulto: es lo que se denomina «holometabolismo».
Este cambio completo tiene lugar durante una fase «pupal» o «ninfal» (capullo), durante la cual se produce la metamorfosis. Las moscas, los escarabajos, las abejas, las mariposas y las libélulas funcionan así, pasando directamente del estado larvario al adulto.
Otros insectos sólo crecen mediante mudas sucesivas. En otras palabras, cuando nacen, muchos de ellos tienen el mismo aspecto que cuando eran adultos, ¡sólo que son mucho más pequeños! Es el caso, por ejemplo, de los saltamontes, las cucarachas, las chinches y las langostas.
Acompañado de una regulación hormonal, el proceso de muda permite que los órganos del insecto se desarrollen progresivamente. Las alas, por ejemplo, suelen aparecer tres mudas antes de desplegarse, y el aparato reproductor también se pone en marcha gradualmente.
La riqueza sensorial de los insectos
Como muchos otros animales, los insectos perciben el mundo de una forma muy distinta a la nuestra. Por ejemplo, los grillos y los saltamontes pueden oír ultrasonidos que nuestros oídos no perciben, lo que les permite encontrar pareja.
Algunas especies, como las abejas, perciben la radiación en el espectro ultravioleta, mientras que los notonectes (insectos acuáticos) son capaces de detectar la luz polarizada.